Consecuencias de una mala pisada y cómo saber si piso mal

¿Sabías que la OMS estima más de 150 trastornos musculoesqueléticos que pueden derivarse de factores como una mala pisada?

Los pies son la base de sustentación de nuestro maravilloso cuerpo, sea en movimiento o de manera estática, nos brindan la suficiente estabilidad para adaptarnos a superficies irregulares, así como la amortiguación necesaria ante los impactos al momento de caminar o correr. Si bien el cuidar del buen funcionamiento del pie depende en gran parte de nosotros mismos, al conocer su función, sabremos cuándo pisamos de manera adecuada o cuándo necesitamos hacer correcciones. Por lo tanto, el explorar tus pies y tu calzado te abrirá una ventana de información que te ayudará a saber si pisas de forma correcta o no.

¿Cómo debo explorar mis pies para detectar una mala pisada? 

1. Presta mucha atención a las callosidades que pueden estar presentes en tus pies ¿sabías que no es normal tener callos en ellos? Las hiperqueratosis o mejor conocidas como callos, nos envían una alerta de que nuestros pies no están funcionando de manera correcta. Nuestro cuerpo puede utilizar las callosidades como un blindaje ante malas distribuciones de carga.

2. Siempre revisa las uñas de tus pies. Lo normal es que vean hacia el techo cuando las mires mientras estás de pie, ya que así se garantiza que los dedos tengan una buena posición. Si tus uñas ven hacia otro lado o incluso no las alcanzas a ver, puede haber un riesgo de tener dedos en garra o martillo y por consecuente tu pisada puede verse afectada perdiendo equilibrio y estabilidad.

3. El calzado puede darnos una gran clave de nuestro tipo de pisada, ¿suele pasarte que desgastas tus zapatos muy rápido o que una sola parte de la suela se desgasta excesivamente? Esas son alertas de que la distribución de carga no se está haciendo de forma adecuada. 

 ¿Cuál es la manera correcta de pisar?

                    Para una pisada óptima debe existir mucha sinergia y armonía en nuestro cuerpo, esto va desde una buena postura hasta un buen calzado. Existen 3 partes principales en las que se divide nuestro pie:

                    Retropié
                    Mediopié

                    Antepié

                    Cada segmento tiene una función muy importante. La zona del retropié o talón es un segmento de mucha carga a diferencia del mediopié y antepié que son segmentos que nos brindan amortiguación, movilidad y equilibrio. Pero ¿cómo es que nos pueden brindar amortiguación, equilibrio y movilidad? Esto es gracias a la bóveda plantar, una estructura constituida por 3 arcos: 

                    Arco lateral 

                    Arco medial 

                    Arco transversal. 

                    Cada arco puede recibir un porcentaje de carga generando una sinergia perfecta para poder dar cada paso. Sin embargo, los arcos no podrían tener una buena estructura y forma sin ayuda de la fascia plantar.
                    La fascia plantar brinda un sostén perfecto a nuestros pies. Es un tejido conectivo que puede llegar a tener tensiones, desgarros o inflamaciones que generan la famosa fascitis plantar.

                    La complejidad e integración de todas estas estructuras permite que cuando estamos de pie tengamos una correcta repartición de cargas, presentando una pisada neutra con porcentajes de carga funcionales. Por lo tanto, al tener un buen funcionamiento de cada segmento de la bóveda plantar y de la fascia plantar, la función de nuestros pies será muy adecuada evitando dolor al caminar.

                    Al alterarse los porcentajes de distribución de carga y no tener un buen funcionamiento de toda la estructura de nuestros pies, podemos llegar a presentar un tipo de pisada patológica. Por ejemplo;  

                    Pisada pronada: Puntos de carga en toda la planta del pie con dirección hacia adentro, de igual manera talón y tobillo se direccionan hacia adentro.  

                    Pisada supinada: Puntos de carga únicamente en talón y antepié, toda la parte media del pie no presenta ningún contacto. Talón y tobillo con dirección hacia afuera.  

                    La marcha humana es un proceso de locomoción sumamente eficiente que nos permite desplazarnos de forma bípeda, con apoyos bipodales y monopodales. Es decir, cada paso que damos es un proceso que nuestro cerebro y cuerpo ya automatizó para lograr desplazarnos con la mínima energía, así como con la estabilidad y propulsión necesaria. Sin embargo, una pisada no adecuada provoca una marcha distorsionada, porque se generará una compensación en todo nuestro cuerpo, ya que, al no tener una correcta distribución de carga, los tobillos, rodillas, cadera y espalda pueden verse comprometidos causando un cuadro clínico de dolor.

                    Las fases de marcha se dividen en:

                    1. Contacto inicial o apoyo de talón.
                    2. Apoyo completo o fase de soporte.
                    3. Apoyo sobre antepié o fase propulsiva.

                    En cada fase de marcha la musculatura que trabaja es diferente consiguiendo una correcta respuesta de oscilación y equilibrio.

                    Hay diversos factores que nos pueden ocasionar que alguna fase de marcha no se esté realizado correctamente, por ejemplo; una pisada pronadora o supinadora, patologías como pies planos, pies cavos, dedos en garra, hallux valgus, el uso de un calzado ajustado, uso de tacones, entre otros; son factores que contribuyen a fases de marcha alteradas que en la mayoría de los casos terminan en cuadros de dolor e inflamación.  

                    La marcha puede llegar a alterarse en las diversas etapas de crecimiento del niño, entonces, ¿es normal que mi hijo tenga un caminado con sus pies hacia adentro o en puntas? 


                    Hay diversos factores que nos pueden ocasionar que alguna fase de marcha no se esté realizado correctamente, por ejemplo; una pisada pronadora o supinadora, patologías como pies planos, pies cavos, dedos en garra, hallux valgus, el uso de un calzado ajustado, uso de tacones, entre otros; son factores que contribuyen a fases de marcha alteradas que en la mayoría de los casos terminan en cuadros de dolor e inflamación.  

                    La marcha puede llegar a alterarse en las diversas etapas de crecimiento del niño, entonces, ¿es normal que mi hijo tenga un caminado con sus pies hacia adentro o en puntas? 

                    La realidad es que este tipo de marcha es idiopática y esporádica. Puede llegar a estar presente de los 2 años a los 3 años de edad y posteriormente quitarse sin complicaciones. Al ser idiopática se desconoce realmente una causa exacta, pero las posibles causas se relacionan con el mismo desarrollo del niño, la morfología del pie, disfunción de la integración sensorial o incluso se relaciona con problemas de la vista.  

                    ¿Cuándo debo preocuparme por la pisada de mis hijos?

                    Así como aparecen estos patrones, de igual manera deben quitarse. Es importante acudir con el especialista que valorará la pisada del niño mediante exploraciones y estudios de la marcha. Ya que el caminar en puntas puede llegar a ocasionar acortamientos del tendón de Aquiles, sobrecargas metatarsales o trastornos musculares. Por otro lado, la marcha con los pies hacia adentro puede ocasionar intrarotaciones articulares que ocasionen caídas frecuentes y, en un futuro, puede traerle problemas posturales que terminarán en su mayoría en cuadros de inflamación y dolor. 

                    ¿Es posible corregir estos tipos de marcha? ¿Necesito operar a mi hijo?  

                    Los pies de un niño son sumamente adaptables y en la mayoría de los casos son capaces de poder corregir estos tipos de marcha sin necesidad de tratamientos invasivos como las cirugías. Teniendo una correcta valoración, así como un tratamiento complementario en plantillas ortopédicas, ejercicios terapéuticos, actividades físicas y calzado adecuado, lograremos  que nuestros hijos pisen y caminen de una manera adecuada.

                    En Piédica contamos con la tecnología que nos permite realizar un diagnóstico acertado a través de estudios baropodométricos y la fabricación de plantillas personalizadas según las necesidades de cada problema. Agenda tu cita en la sucursal más cercana.


                    Autor: Areli Casillas García  

                    Lic. En Terapia Física 

                    Especialista en Baropodometría

                    Sucursal Piédica López Mateos Sur

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