¿Qué podemos hacer para evitar obesidad y malos hábitos de marcha?
Primeramente procurar cambiar hábitos negativos. Esto es: eliminar de nuestra dieta la comida “chatarra” que no solamente nos sube de peso, también nos intoxica con colorantes dañinos por sus químicos, que además se ha comprobado que son cancerígenos. Una forma inteligente de saber qué comer es recurrir al Plato del Bien Comer; es un indicador fácil y sencillo para saber cómo alimentarnos: verduras y frutas – leguminosas y alimentos de origen animal – cereales y aprender a combinarlos.
Una vez resuelto el asunto de la nutrición, pasemos al ejercicio. No se trata de ponerse a hacer abdominales y sentadillas sin medida ni clemencia. Lo que hace falta es disciplina, orden y dar ese paso necesario, para tener un cuerpo tonificado, lo que traerá como consecuencia, que nuestra apariencia mejore en todos sentidos. Si realizamos bien los cambios de hábitos, veremos que se cumplen las premisas: “Cómo es adentro, es afuera y como es arriba, es abajo.”
Y ya que estamos hablando de abajo ¿cómo andan esos héroes anónimos que te llevan a todos lados y soportan tu peso – lo que decíamos antes, a veces excesivo – y que cuando protestan, nadie les hace caso… Sí, nos referimos a tus pies. Que deberían ser los primeros, pero tristemente los relegamos al último lugar.
Los traemos siempre prisioneros en zapatos que, muchas veces, provocan problemas, porque no son los adecuados en cuanto a horma y material, porque son demasiado altos o porque son demasiado planos, provocando callosidades, ampollas, lesiones y deformidades. Hay zapatos que son verdaderos instrumentos de tortura. Pero todo eso puede cambiar.
Y es que en esto de mejorar de todo a todo, de tomar en cuenta la obesidad, la tonicidad y el cuerpazo, no podemos olvidar la pisada. Si tenemos sobrepeso lo más probable es que estemos pisando mal. Es decir, que nuestro apoyo plantar no esté equilibrado, lo que provoca que carguemos ese peso excesivo más hacia un lado o hacia otro, lo que ocasionará que nos sintamos doblemente cansados.
Pese a todo, insistimos y queremos tener un cuerpazo. Piernas libres de várices y celulitis, torneadas, pero ¿y los pies? Hay que subrayar que las rutinas para estilizar y tonificar las piernas comprenden ejercicios aeróbicos y dentro de éstos están correr, trotar, bailar, caminar pero ¿y el impacto? ¿La repercusión en articulaciones? De eso casi no se habla y es de vital importancia.
¿Cómo cuidar la pisada?
No podemos subir una escalera desde el cuarto escalón, debemos hacerlo desde abajo y como abajo están los pies, que son la base de toda nuestra estructura, hay que empezar por lo primero y eso es, saber cómo pisamos.
Afortunadamente la tecnología ha puesto al servicio de la salud estudios que no son incómodos ni invasivos, pero sí precisos. Antes, cuando se presentaba alguna molestia en pies, se acudía con el ortopedista, quien entintaba el pie y sacaba una impresión del mismo, en papel. Ahí analizaba la huella, y veía si había mucho arco, si no lo había, etc., pero ese estudio era estático y no lograba reflejar todo lo que el pie podría revelar.
Actualmente un estudio de pisada es dinámico, es decir se realiza caminando en una plataforma que tiene sensores que van reflejando la forma en que se comportan nuestros pies. Todo se valora: la forma en que apoyamos el talón, la forma en que se distribuye el peso corporal en la planta del pie; dónde apoyamos más, dónde apoyamos menos, cómo está la alineación de los tobillos, de las rodillas, en relación a la cadera y de ahí para arriba. Por eso es que la pisada tiene todo que ver con la postura.
Toda esa información que se obtiene de un estudio profesional de pisada y marcha, es valiosísima para poder ahora sí, dar ese paso decisivo y modificar los patrones negativos de nutrición y sedentarismo que hemos venido arrastrando por años. Si ese estudio nos lo hubiéramos hecho antes y hubiéramos usado plantillas inteligentes, tal vez nunca hubiéramos sabido lo que era un dolor de espalda baja. Y es que ese estudio en los niños es preventivo.
Entonces, antes de entrar al gym, antes de comprar ropa deportiva para salir a trotar; antes de ir a la clase de zumba; antes de saltar la cuerda, para salir con la cintura más pequeña, las pompas más arriba y los brazos y piernas bien marcados, hay que revisar cómo están los pies, porque en realidad son los que soportarán el tiempo de rutina que indique el entrenador.
Logra en verdad ese cambio y acércate a nosotros. Descubre todo lo que puedes hacer hoy por tu salud y desde luego, por tu imagen. Este es el momento decisivo para lograrlo todo ¡empezando desde abajo!