Los diversos componentes del pie generan estructuras que conforman a su vez la bóveda plantar, una estructura de sostén capaz de amortiguar peso y distribuir las cargas para una correcta pisada y que está diseñada por 3 arcos plantares: lateral, medial y transversal. La armonía de éstos provoca porcentajes de carga óptimos, pisada neutra, y una marcha saludable.

¿A qué edad puedo saber si mi hijo tiene pie plano? 

El desarrollo de los arcos del pie se logra a medida que el niño va creciendo y las necesidades del cuerpo van cambiando, es cuando la bóveda plantar comienza a formarse, haciendo que el niño pase del gateo a la marcha.  
El observar a un niño de 1 a 3 años de edad con muy poca altura en el arco plantar es completamente normal ya que la estructura de la bóveda plantar se sigue desarrollando.
Cuando el niño pasa de los 3 años de edad es importante comenzar a monitorearlos, apoyados de profesionales de la salud que valoren la formación correcta del arco plantar. Al ser un niño, su capacidad de adaptación es muy precisa y es probable que no presente síntomas alarmantes, sin embargo, esto no ocurre en todos los casos, provocando entre los principales síntomas: 

Caídas frecuentes 
Dolor o cansancio en piernas y pies durante o posterior a la actividad física 
Pisada pronadora 
Deformación del calzado 
En otros casos, al no tener un tratamiento correcto, pueden existir padecimientos a largo plazo con consecuencias como:

Fascitis plantar 
Desgaste articular de tobillo, rodilla, cadera y columna 
Plantalgias 
Predisposición a alteraciones de la marcha

Como la herencia, es una de las principales causas a considerar. Por ejemplo, el niño puede heredar la hiperlaxitud articular de los padres o abuelos. El uso de zapatos en bebés provocan un gran porcentaje de riesgo para padecer pie plano, ya que evitan el desarrollo óptimo de la bóveda plantar.

Situaciones congénitas o de nacimiento:  

Desarrollo inadecuado del hueso escafoides 

Coalición tarsal 

Astrágalo vertical

La evolución de los métodos de diagnóstico va avanzando mucho, lo que antes se podía diagnosticar solo con un ¨ojo de buen cubero¨, hoy se puede diagnosticar de una manera precisa, con la ayuda de un baropodómetro. Una herramienta innovadora y vanguardista en estudios de pisada y marcha. Éste es el primer paso para una correcta valoración y diagnóstico.

Permite valorar la pisada de manera estática y dinámica (cuando estamos solamente de pie, sin avanzar, y cuando estamos caminando). Esto con el fin de saber qué tan funcional se vuelve el pie al momento de entrar en movimiento y ayudando a definir el tipo de pie, así como el grado de afección.  

Teniendo una correcta valoración se pueden plantear las diferentes líneas de tratamiento, por ejemplo:  

El uso de plantillas ortopédicas personalizadas en niños, nos permite corregir malas distribuciones de carga, ya que, al estar el niño en crecimiento, el pronóstico es muy prometedor.

Con la más innovadora tecnología en diseños de plantillas, en Piédica podemos personalizar soluciones ortopédicas a las necesidades de cada paciente, sumando al tratamiento el uso del calzado adecuado, ejercicios terapéuticos, así como actividades físicas que permitan un favorable tratamiento. Agenda tu cita en la sucursal más cercana, en Piédica podemos ayudarte.