Es común escuchar sobre la famosa fascitis plantar, pero ¿De qué se trata realmente esta patología?

La fascia plantar permite absorber en gran medida las presiones que recibe la planta del pie. Debido al mismo estrés de la fascia plantar, pueden existir tensiones que provocan desgarros que, al mismo tiempo, ocasionan inflamación y dolor en toda la planta del pie. Es común en muchos de los casos que el dolor se concentre más hacia las regiones del talón, o bien, en puntos exactos donde se vuelve muy fuerte o incapacitante, como si generara una resistencia al movimiento. En México el 30% de la población padece fascitis plantar. Esto es debido en gran manera a que existen diversos factores de riesgo que pueden terminar en este padecimiento. Algunos de los estos factores son:

• • Mecánica del pie. 

  • Edad. 

  • Jornadas de trabajo estando todo el día de pie. 

  • Obesidad. 

  • Tipo de calzado. 

  • Actividad física de impacto repetitivo. 

Recuerda que siempre debemos ser los principales responsables de nuestro propio cuerpo. Ese es el primer paso para una correcta recuperación. Dependiendo de la evolución del problema existen diferentes tratamientos, pero nada suplirá una consulta de valoración personalizada. 

Los tratamientos de primera instancia son conservadores, por ejemplo:

• • Agentes físicos: Aplicaciones de frío en la zona. Así como aplicaciones de medios de contraste, frío y posteriormente calor, generando un efecto de bombeo que nos ayudará a disminuir la inflamación.  

  • Ejercicios terapéuticos enfocados a la autoliberación miofascial, estiramientos y fortalecimiento de miembro inferior. 

  • Suspensión de actividades físicas de alto impacto. 

  • Uso de un calzado adecuado. 

  
  

Dependiendo del avance de la patología, así como de la respuesta del paciente, hay tratamientos de segunda instancia como: 

• • Uso de plantillas ortopédicas. 

  • Medicamentos como analgésicos y antiinflamatorios. 

  • Férulas. 

  • Cirugía.

Uno de los factores de riesgo para padecer fascitis plantar es una mala mecánica del pie. En Piédica, diseñamos plantillas ortopédicas personalizadas a las necesidades de cada paciente, ayudando a una correcta distribución de carga al mejorar las presiones plantares, por lo tanto, las plantillas ortopédicas nos ayudarían en gran manera a no padecer fascitis plantar.