¿Qué es la tendinitis?
La tendinitis es la inflamación o irritación de los tendones (unión de hueso con músculo). Los signos y los síntomas de la tendinitis se manifiestan junto a la articulación del tendón lesionado y consisten, básicamente, en dolor, sensibilidad y rigidez. Estos síntomas se agravan por el movimiento. La tendinitis produce tipos específicos de dolor en función de su localización que a continuación vamos a describir.
La tendinitis puede ser más susceptible en pacientes con retropié varo. Esto se debe a que, en dichos pacientes, el talón está doblado ligeramente hacia adentro, lo que hace que los tendones peroneos trabajen con más esfuerzo. Su trabajo principal consiste en evertir o doblar el tobillo hacia afuera, lo cual es una acción contraria a la posición varo. Cuánto más trabajen los tendones, es más probable que desarrollen tendinitis.
¿Qué es la tendinitis del peroneo?
La tendinitis del peroneo es una de las lesiones más comunes entre los corredores. Normalmente se produce en las personas que, debido a su actividad deportiva, generan un movimiento repetitivo del tobillo.
Existen dos tendones peroneos en cada pie, que comienzan en la parte alta de la pierna, se extienden paralelamente por detrás del hueso exterior del tobillo y se insertan uno en la parte externa del pie y el otro en la interna.
El tendón peroneo largo se extiende por la parte exterior del pie medio, cruzando la planta e insertándose en la base del primer metatarsiano.
El tendón peroneo corto va por debajo del pie y se inserta en la base del quinto metatarsiano del pie.
La función principal de estos dos tendones y músculos es estabilizar el pie y el tobillo, evitando las torceduras, desempeñan un papel importante en la biomecánica del pie en las distintas fases de carrera. Contribuyen a la flexión plantar y a la pronación del tobillo.
La tendinitis del peroneo es una lesión que se caracteriza por inflamación de uno o de los dos tendones del peroneo, normalmente provocada por la práctica de deportes que usan de manera reiterada los tendones, o bien por un traumatismo como puede ser la dislocación del tobillo.
¿Qué es la tendinitis del tibial posterior?
El músculo tibial posterior tiene un papel importante en la biomecánica del pie, su contracción nos ayuda en movimientos de prono-supinación y flexo-extensión del mediopié, este músculo ayuda a mantener el arco plantar y forma parte importante del despegue del pie cuando se encuentra sobre el suelo. El recorrido de su tendón va desde la tibia, cruzando hacia la parte interna del tobillo, finalizando hasta la zona del II, III y IV metatarsiano y su función principal es estabilizar la articulación del tobillo y estabilizar el arco plantar.
La inflamación de éste incluye un componente de degeneración que puede desencadenar problemas biomecánicos delicados, que da inicio con la deformidad del pie y puede finalizar en artrosis de pie-tobillo. Generalmente una disfunción en el tendón provoca pie plano.
Es por ello que se ha clasificado en 4 grados:
Grado 1: Degeneración-inflamación del tendón tibial posterior, sin deformidad del pie.
Grado 2: Disfunción del Tibial Posterior (rotura parcial), ya con pie plano flexible.
Grado 3: Pie plano rígido con artrosis del pie.
Grado 4: Pie plano con artrosis del pie y del tobillo.
¿Qué es la tendinitis aquílea?
Se denomina tendinitis aquílea a la inflamación o irritación del tendón más grueso y fuerte del organismo con aproximadamente quince centímetros de longitud. Este tendón, que es un tejido conectivo fibroso compuesto de bandas paralelas de colágeno, es el que une los músculos gemelos y el músculo sóleo en la pantorrilla, con el hueso del talón o hueso calcáneo. La tendinitis aquílea es plana, pero toma forma redondeada en centímetros antes de su inserción en el calcáneo.
El Tendón de Aquiles, además de unir el músculo con el hueso, es imprescindible para la movilidad, ya que permite que los músculos de la pierna se puedan doblar, estabilizando la articulación del tobillo y brindando equilibrio al caminar, correr, saltar y pararse sobre las puntas de los pies; es este tendón el que impele el pie hacia adelante. Al estar comunicado con el Sistema Nervioso, no se puede ver solamente como un elemento mecánico, puesto que reacciona a todos los estímulos internos y externos que recibe la persona.
¿Qué síntomas puede presentar la tendinitis del tibial posterior, del peroneo y aquílea?
Si se trata de tendinitis en el peroneo, los principales síntomas son dolor e inflamación en la zona posterior y lateral externa del tobillo.
Sobre la tendinitis del tibial posterior, los síntomas dependen del grado que se presente, pero generalmente comienza con dolor en el arco del pie y en la parte interna del tobillo, aumentando al realizar actividad física, al subir y bajar escaleras y/o al correr y va empeorando conforme pasan los días.
Por su lado, los pacientes que padecen tendinitis aquílea presentan sensación de rigidez y sensibilidad extrema del talón a la pantorrilla; así como en la zona posterior. Asimismo, inflamación visible en la parte trasera del talón, tobillo y pantorrilla, dolor intenso a lo largo del tendón, desde su unión con el hueso calcáneo o hueso del talón; igualmente, pueden tener malestar que “corre” hacia arriba, involucrando ocasionalmente la rodilla y temperatura elevada al tacto en la parte baja y posterior del talón, en comparación con el resto del pie.
En dichos casos, es importante realizar una exploración física en la que se valore el rango de movilidad, la estabilidad de los ligamentos y tendones; se debe evaluar la fuerza del tobillo y los puntos de dolor a la palpación. El diagnóstico se tendrá que centrar en la exploración física y por imagen para determinar la amplitud de la lesión.
Tratamiento para la tendinitis en pies
Tratamiento de tendinitis del peroneo
En la mayoría de los casos la tendinitis del peroneo se cura sin cirugía. Esto se debe a que es una lesión que se produce por un uso excesivo y puede curarse con reposo. Los pacientes deben limitar en gran medida cuánto caminan o cuánto tiempo están de pie hasta que el dolor disminuya. Esto generalmente toma varias semanas, luego se puede reanudar el entrenamiento, pero debe realizarse de manera muy lenta y según lo permita el médico. Para los pacientes con retropié varo, se recomienda una órtesis que incline el tobillo hacia el lado opuesto aliviando la carga de los tendones. Es importante hablar con el profesional de la salud acerca de cambiar el entrenamiento, esto incluye usar calzado nuevo para correr o también realizar un entrenamiento cruzado, que significa alternar las actividades todos los días. La fisioterapia también es muy importante para fortalecer los tendones.
Tratamiento de tendinitis del tibial posterior
Para determinar un tratamiento adecuado, es importante realizar un estudio biomecánico de la marcha para valorar a nivel articular y muscular los pies, también para conocer las presiones de cada pie y saber hacia dónde se desplazan dichas cargas.
El tratamiento puede incluir:
Plantillas ortopédicas. Para dar soporte suficiente al arco plantar, disminuyendo la carga medial del pie y regular un adecuado control postural.
Fisioterapia. Desinflama el área afectada a través de medios físicos (estiramientos, masajes, ultrasonidos, entre otros).
Uso de calzado adecuado. Con ligera elevación en el talón (no planos).
Control de peso. Sólo en caso de que el paciente lo requiera.
Tratamiento de tendinitis aquílea
Inmovilizar el pie.
Aplicación de compresas heladas.
Uso de medicamentos tópicos como pomadas y geles.
Ingesta de analgésicos y desinflamatorios.
Fisioterapia. Rehabilitación con ejercicios de estiramiento.
Plantillas ortopédicas. Para dar soporte suficiente al arco plantar, disminuyendo la carga medial del pie y regular un adecuado control postural.
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