En lesiones agudas donde hay una primer fase de inflamación es recomendable la aplicación de compresas frías para lograr controlar la cantidad de líquidos que se están administrando a la zona de lesión, sin embargo, en fases de lesión más crónicas o lesiones sostenidas por mucho tiempo, se recomienda la aplicación de compresas calientes con el fin de dilatar los vasos sanguíneos para mejorar la elasticidad y la flexibilidad de las fibras de colágeno ayudando a disminuir la rigidez articular y de tejidos para una favorable recuperación.
Si bien, en ciertos casos por indicaciones del fisioterapeuta pueden aplicarse medios de contraste, se alterna la aplicación del calor por ciertos minutos para pasar posteriormente a la aplicación del frío. Estos medios de contraste permiten ensanchar y estrechar los vasos sanguíneos dando como resultado un bombeo que favorece el retorno venoso.
En patologías como el espolón calcáneo parte del tratamiento complementario es el uso de calzado adecuado, el uso de plantillas ortopédicas que permitan redistribuir las cargas del pie, así como la aplicación de frío en fases agudas y de inflamación. En casos donde exista un espolón calcáneo sintomático sostenido por mucho tiempo y las compresas frías causen molestias, puede considerarse la aplicación de calor.
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